de No sólo comen y duermen
Miliki. Mi payaso, el de mi madre y el que no será el de mis hijos. Miliki no dejó este mundo hoy, sino aquel día en el que alguien dejó de cantar sus canciones a los niños y los sentó delante de la tele o les dio una tablet para jugar con Pocoyó y se vayan manejando en el mundo tecnológico en el que viven.
Miliki empezó a morir cuando llegabas a un cumpleaños infantil y preguntabas: '¿Cómo están ustedes?' y nadie respondía. O cuando al decir 'Hola don Pepito' esperabas con ganas un 'Hola don José' de vuelta que nunca llegaría.
La verdad es que me da pena no ver a Miliki en los niños de hoy. Supongo que es una realidad que hay que aceptar porque el mundo gira deprisa y si lo hiciese siempre en la misma dirección, volcaría.
Pero sin duda el de Miliki era un circo que alegraba siempre el corazón.
1 comentario:
Bel, eres una artista escribiendo. Tienes futuro en esto. ¿te lo has planteado? Besos
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