Aviso a todas las madres a cuyos hijos eso de comer verduras,no lo llevan muy bien. Creo que he encontrado la solución. Durante este año en casa de mis tíos en Nueva York, además de olvidarme de los apuntes que me daban alergia el año pasado para cogerlos con ganas el próximo y de aprender ingles, me dedido a preparar cenitas a dos niños de 3 y 5 años.
Hoy toca esas verduras que disgustan a tantos niños. Pasado Halloween, las calabazas no pueden quedar abandonadas a la entrada de casa. Las pobres se congelan. Por eso, y por el bien de todos, las hemos metido en una cacerola, junto a sus hermanos pequeños los calabacines y algunos parientes lejanos como las zanahorias. Todos juntos, calentitos y revueltos dan como resultado una crema anaranjada de verduras: fácil, sana y riquísima. Se la comen en un pispás.
Y si se ponen tontos y no comen pero sueñan con ser superhéroes siempre está Popeye para pedir auxilio. Un capítulo antes de cenar y espinacas para todos. Funciona.
1 comentario:
Marita que bueno. Que obsesion tenemos las madres con las verduritas. mil besos
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