domingo, 18 de marzo de 2012

Más que un fondo de armario


Armario,  vestidor, cambiador, tocador, sala de juego, de curas y de medición. Aprovechar los espacios en los pisos que disponemos hoy en día es para mí fundamental.              


Al comprobar que el fondo del armario del cuarto de la niña daba para mucho decidí instalar en él una colchoneta a modo de cambiador y todo aquello necesario para el cuidado del bebé: pañales, cremas, toallitas, cepillo, colonia, peine,  baberos aceites, bodies... 


Sus tías se encargaron del vestuario: faldones, jerseyscamisas de batista, peleles, ranitas, patucos y capotas de todos los tamaños y colores. El padre, de la iluminación. Dos lámparas que funcionan con pilas son suficientes para disfrutar de todas las posibilidades del armario. 


La niña se entretiene con ses amis de l'armoire: Cécile, Anne, Jean y François, mariquitas recortables antiguas, que sirven de excusa para hablar en francés mientras cambiamos de atuendo. Y como es un poco coqueta, concluye este ritual con una vistazo al espejo antes de que su madre la levante y cierre las puertas para   salir de paseo.




jueves, 15 de marzo de 2012

Artista de fogones



Cada domingo mi hermana atravesaba el campus de la Complutense en coche con sus tres hijas. Entonces, yo estudiaba allí Periodismo y María se encargaba de indicarles dónde estaba mi facultad. Un día, Isabel, con cinco años, le preguntó: "¿Mamá, y tú, en qué universidad estudiaste para ser mamá?"

Está claro que es un oficio de lo más complicado que merecería un Máster o Grado. Requiere conocimientos de salud, gestión, finanzas, interiorismo, decoración, protocolo, psicología, educación infantil, estilismo y gastronomía, entre otros. 

Existe una generación de madres que, a mi modo de ver, son Doctores Honoris Causa por su dedicación, esfuerzo e innovación en el hogar. Una de ellas es Daría, mi tía. Una mujer capaz de hacer nidos de patata para huevos de codorniz o alcachofas con servilletas de papel para colocar en un buffet a modo de centro de mesa. Pues bien, para sus hijos, puso en marcha los motores de su imaginación. Este conejo es sólo un ejemplo que ha podido rescatar del álbum familiar. 

Aquí su explicación: "Es bastante fácil. Prepara dos bizcochos redondos. Uno, para la cara y otro, para las orejas y la pajarita.  El relleno: nata con fresasCubre los bizcochos de nata y, con un poco de nata teñida con colorante rojo, se consigue el rosa para colorear las orejas y los mofletes. Los mofletes es un bollo suizo partido en dos. Los ojos y la nariz son moras de golosina y, de bigote, mikado o regalices. A veces le ponías dos onzas de chocolate como si fueran dientes. Para decorar la pajarita, lacasitos. Y el césped, coco teñido con colorante verde". 


Otra artista.

lunes, 12 de marzo de 2012

Bebé, no te estreses


Nace el bebé y el tiempo se detiene. Termina el andar de aquí para allá de la ceca a la Meca. Se interrumpe el trabajo, las clases de restauración, de inglés y de pilates, el correr a hacer tal recado y tal otro, las reuniones semanales con este grupo y con aquel, el viaje de placer y el de trabajo... 

De alguna manera llega la tranquilidad. Sé que hay que dar de comer,  atender los llantos, despertarse de madrugada, cambiar pañales, bañar, vestir, acunar, pasear, cantar, sonreír... Sin embargo, pese a esta agotadora actividad, hay una rutina donde los minutos ya no importan. Pasan los días, el niño crece y la madre se siente bien, en paz. Tal vez nunca se había sentido así.

Es entonces cuando una se da cuenta de lo mucho que había estresado su vida con un agenda llena de actividades.

Este descubrimiento tiene lugar tras el nacimiento del niño. ¿Pero  cómo ha vivido el embarazo? ¿Mucho estrés? ¡Cuidado! Eduardo Punset en Redes advierte del sufrimiento del bebé en el vientre de su estresada madre. Este estrés llega a la placeta y a un niño que años más tarde podría tener TDAH (Trastorno por Déficit de Atención por Hiperactividad).  

Permitamos pues que nuestros hijos disfruten durante nueve meses al menos de la paz del "claustro materno", aislados del mundanal ruido en el que les tocará vivir. 





viernes, 9 de marzo de 2012

Campamento de bonies

Ya sabía yo que el tren de bonies iba a dar de qué hablar. Además de los comentarios en Facebook*, en mi correo voy recibiendo tartas de lo más apetitosas. 

La más sorprende, por estar en línea con la primera que he publicado, es el campamento de Isabel Valcarce, experta cocinera, ilustre repostera y asidua al grupo de Facebook "Las cocinas de Ferrol"

Hizo esta tarta para un campamento de verano al que fue su hijo. Aquí, los bonies dejan de ser vagones para convertirse en los sacos de dormir de dulces aventureros con cara de campurriana. Como almohada, utilizan unas nubes

Está claro que tendrán dulces sueños. 



Mil gracias, Isabel. Y a los demás os digo que espero vuestras tartas con sumo interés. 


*Os recuerdo que en este blog también podéis comentar. Tan sólo tenéis que escribir en el recuadro de abajo, poner vuestro nombre o anónimo, introducir una contraseña rara que os piden y, publicar. Gracias



jueves, 8 de marzo de 2012

El Tren de bonies




"¿A ti nunca te han hecho un tren de Bonies?". Para mi marido no hay nada más emocionante en el campo de la gastronomía infantil que el tren de Bonnies. Fue un regalo de una amiga de su madre por su Primera Comunión. El Bony, la Pantera Rosa y el Tigretón fueron, junto al Bollicao, los bollitos de moda de toda una generación de niños que hoy rondan los 35.

No me quiero imaginar la emoción que sintió el chiquillo si hoy a sus "taitantos" sigue recordando aquella tarta de ensueño.

El cesped, virutas de coco teñidas de verde; los vagones, bonies, panteras rosas y tigretones; regalices negras a modo de vías; chucherías de cargamento; algún chupachups de farola y una estación de galletas chiquilín a la que no le faltaba su reloj. Vamos, el paraíso. 

Ahora comprenderéis porque se trata de una de las fotos más importantes de su álbum.



jueves, 1 de marzo de 2012

No sólo comen, también degustan




Con un blog titulado "No sólo comen y duermen" esta nueva sección que os presento merece una explicación. 


En Ferrol, mi tierra, la cultura de la mesa es toda una religión. Es una ciudad de la Armada, donde abundan las familias numerosas cuyas ejemplares madres no suelen concebir el dar de comer a sus hijos como una carga pesada. En esta actividad cotidiana ponen creatividad, placer y amor. Mucho amor que se puede saborear en sus creaciones culinarias. 


Sus hijos no sólo comen aquello que está en el plato, también lo degustan. La diferencia entre el comer y el degustar estriba en traspasar la necesidad fisiológica de alimentarse para contemplar con los cinco sentidos los manjares maternos. Disfrutar de los placeres que se ofrecen al paladar, a las papilas gustativas, a la vista, al olfato e incluso al oído es posible también en el universo de los niños.


Mi mejor regalo de cumpleaños siempre fue la tarta que mi madre elaboraba para la ocasión. No tiene conocimientos de ingeniería, pero fabricó el tren más bonito del mundo; no es arquitecto, pero construyó la casa de chocolate de mis sueños; no es alquimista, pero con el azúcar y el huevo hace maravillas. 


Muchas de las ideas culinarias que aquí os presentaré se las deberé a las participantes del grupo de facebook "Las cocinas de Ferrol", madres admirables que disfrutan cocinando y tratando a diario a sus hijos como los comensales más ilustres de su mesa.


Espero que os guste.