martes, 15 de mayo de 2012

¿Aprendemos a sonreír o nos viene de fábrica?


Luis nació hace tres meses con una sonrisa. Desde entonces no ha dejado de ofrecer la mejor de sus caras a quienes están con él. Es un divertido dibujo animado japonés: sus ojos se convierten dos líneas negras cuando luce esa amplia sonrisa que encandila a todos.

Eduard Punset cita en su blog a Charles Darwin por defender la tesis de la naturaleza innata de las emociones.  En su libro «La expresión de las emociones en los animales y en el hombre», el naturalista inglés afirma que "nadie nos enseña a sonreir". La mejor expresión de alegría nos viene de fábrica al igual que otros gestos con los que comunicamos emociones instintivas. 

Pediatras y pedagogos de Bebés y más y de El bebé.com distinguen diferentes sonrisas en el bebé. Todas ellas indican el correcto desarrollo de su cerebro.

Las primeras son instintivas, espontáneas y reflejas. Señalan que el niño está a gusto. Ayudan a intensificar la relación con su madre y sus cuidadores. Sin embargo no se trata de una repuesta (social) a los gestos, caricias o palabras de que le dirijan. De ahí que el bebé sonría cuando duerme o está relajado después de la toma. 

Es a partir de su tercera semana que las sonrisas del niño se vuelven sociales y selectivas. Ahora sí responden a expresiones de cariño. Se conoce ya el porqué de su sonrisa. El mejor instrumento para conseguir una: la voz de la madre. 

Poco tiempo después las sonrisas diferencian a sus destinatarios: familiares o extraños. Según indican los expertos, el niño aprende a sonreir a los extraños pero con "cautela". Al aplicar esta simpática norma de cortesía el bebé puede considerarse ya persona sociable capaz de relacionarse con los demás, incluso con aquellos que no conoce. 

No sé si Luis nació ya sociable o no pero, lo que está claro, es que la sonrisa es su marca de identidad. 

lunes, 14 de mayo de 2012

La playa de Portals nous

Estreno con éxito de la temporada infantil de sol y playa en Mallorca. La prudencia ha caracterizado el primer día del bebé en la arena. Día de arena, que no de mar.

Playa de Portals Nous- Mallorca

Para facilitar la primera experiencia en solitario con la niña en la playa, escogí un destino cercano a casa. No vaya a ser que todo se complicara en exceso. En la cesta: toallas, pareo, crema protectora solar, sombreros, polvos de talco, pañales, potitos y sandwiches, agua, flotador, libros y juguetes. Unos cuantos kilos a cargar junto al bebé. Llegar hasta la arena en carrito era pues fundamental. 

La playa de Portals nous en Calviá está urbanizada con gusto y sencillez. Durante este mes de mayo sería un remanso de paz si no fuera porque están haciendo obras en el hotel de la zona. Obras que, a decir verdad, perturban poco si uno se dispone a relajarse bajo el calor del sol y con el sonido de las olas mediterráneas. Y, os lo aseguro, con un bebé también es posible relajarse en la playa.

Buscar una sombra de pinos fue nuestro objetivo. Estuvimos variando nuestra posición en la playa durante las horitas que allí pasamos. Sentado sobre la arena y custodiado por los pinos, el bebé alucina con el universo que le toca descubrir: la peculiar textura de la arena impresiona, el agua del cubo alegra y el sonido del mar calma. Al tener un bebé tranquilo (todo hay que reconocerlo) pude leer, estudiar y tomar el sol.  Pasamos unas horitas mañaneras fantásticas en las que hubo juego, potito y un buena siesta al sol. Probó el agua del mar pero tan sólo con tocarla con los pies sus piernas se encogieron cual cangrejo a una velocidad increíble. 

Antes de marcharnos probamos con los polvos de talco y volvimos a casa felices sin arenas y con la piel suave suave.

Una gran playa, una gran experiencia que recomendamos vívamente. 
  
Playa de Portals Nous- Mallorca


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viernes, 11 de mayo de 2012

Polvos de tacto para la playa


Actualmente los polvos de palco no están muy de moda que digamos. Durante mi infanciael bote rosa de polvos de talco de Ausonia siempre estuvo presente en el cuarto de baño. Su característico olor me encanta y me lleva a esos tiempos. 


Ahora en casa tengo uno, formaba parte de la canastilla que compré con productos para el bebé, pero hasta el momento no lo he utilizado. Los pediatras y los dermatólogos lo desaconsejan. Parece ser que puede intoxicar al niño, irritar sus ojos y tapar los poros de las piel evitando que respire naturalmente. 


Antes de que caduce en el armario del cuarto de baño, os propongo llevarlo este verano a la playa junto con la protección solar. Antes de volver a casa después de un día de baños, castillos de arena y de juegos en la orilla, espolvorear el cuerpecito del bebé con el talco y pasar la mano. Lograréis retirar la arenilla incrustada e insoportable que se queda en la piel y, después, en el sillón del coche.