Cuando el bebé comienza con las sílabas, cuidado. La casa deja de ser hogar y se convierte en un ring. El niño está disfrutando de su descubrimiento: el sonido sale de su boca. Es un juego divertidisimo. Modula la voz y emplea los labios para pronunciar PA, MÁ y poco más.
El bebé no otorga significado alguno a sus sílabas. El llanto y algún grito son todavía sus herramientas comunicativas para pedir o expresar lo que necesita.
Sin embargo, por primera, y esperemos única vez en la vida matrimonial, sus padres entran en una cruel competición por conseguir ser nombrados por el niño. Como tontos comienzan a repetirle al "papá"- "mamá". Ella ríe.
Curiosamente, en mi casa he constatado lo siguiente: Cuando el bebé está contento gana Papá. Nunca menciona a aquella que la parió. Y cuando llora desconsoladamente repite y repite: "Mamá-mamá".
Ella no da todavía significado a sus primeras palabras pero a sus padres les da mucho qué pensar. Más a la madre.
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