viernes, 6 de abril de 2012

El tambor



Todo para el bebé supone un descubrimiento que o bien le maravilla o bien le espanta. Por vez primera en su vida, desfilan  por las calles de la ciudad grandes pasos del que pronto llamará "Jesusito", muñecos con picos de todos los colores, cirios, incienso y tambores, muchos tambores.

Poco le han impresionado los capuchones, las velas y los "Jesusitos", pero los tambores... ¡Ay los tambores! El Domingo de Ramos le provocaron el llanto incontrolado; el Lunes Santoun abrir y cerrar de ojos por cada golpe de percusión;el Martes, un pequeño respingo al comienzo de la tamborrada. El Miércoles ya tenía controlados todos los tambores palmesanos hasta tal punto que, después de tocar las palmitas para acompañarles, comenzaron a aburrirle y le provocaron somnolencia. 

De esta manera el bebé va haciendo suyo el mundo que le rodea. Esperemos que al cabo de los años siga descubriéndolo con un poco del entusiasmo con el que lo hace ahora. 


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