jueves, 11 de octubre de 2012

Post invitado: El salto estratosférico de Jesús

Por Marta Guerrero Gil
Nuestra escritora invitada, Marta Guerrero Gil, con sus cinco hijos: 
Marta, Teresa, Jesús, Miguel y Jaime

¡A ver si por fin hoy vemos el salto estratosférico!


El lunes mis hijos, de 10, 8, 6, 4 y 2 años estaban expectantes ante lo que les conté que iba a suceder: un tipo muy, pero que muy valiente, rozando la locura, (el aventurero austríaco Felix Baumgartnerse iba a elevar 36 kilómetros en un globo hasta la estratosfera. Una vez allí se iba a lanzar en caída libre hacia la Tierra con la intención de superar la barrera del sonido y sobrevivir a la hazaña

Teniendo en cuenta que mis hijos no tienen ni idea de lo que es la estratosfera, ni de que el sonido tuviera una "barrera", toda la historieta les sonaba chulísima y emocionante, y más aún cuando vieron en la tele la recreación virtual del salto de Felix Baumgartner

Jesús, de 6 años, es la reencarnación de la prudencia. Evita el riesgo a toda costa. Vamos, que es un miedica. No quiere ser marino porque se podría ahogar, ni bombero porque se podría quemar, etcétera. Sin embargo, lo que estaba dispuesto a hacer el piloto austríaco con ese traje de astronauta tan chulo le pareció tan alucinante que nos anunció solemnemente que él, de mayor, iba a saltar todavía desde más lejos. Ni más ni menos que desde Marte. Eso sí, iba a tener muchísimo cuidado de esquivar la Luna, el mayor obstáculo que veía el niño en su simulada trayectoria.



No me gustaría ser el profesor que en su día le explique a mi hijo la fuerza gravitatoria y le haga saber que saltar de Marte a la Tierra es imposible porque en el espacio flotas. ¡Qué chasco se va a llevar el pobre! 




Los niños de hoy en día están acostumbrados a la inmediatez. Los míos desgraciadamente también. Por eso, se quedaron chafados cuando el salto fue pospuesto, primero unas horas, y luego dos días. 




Les expliqué que para evitar más peligros en el salto no debía haber viento, ni nubes... Pero no entienden lo que son las "condiciones meteorológicas perfectas". Desde entonces sólo preguntan cuándo es jueves para ver al héroe del espacio. También preguntan preocupados cuándo deja de llover, porque no entienden que el tiempo sea distinto en Galicia que en EEUU




Mientras, yo me dedico a rezar para que al chiflado de Felix le salga bien el intento y no se estampe en directo contra Nuevo México. Aún no sé cómo explicar a mis peques el sentido que tiene arriesgar la vida por un récord. Pero bueno, es que no lo entiendo ni yo. Veremos hoy qué pasa...




Última hora: El salto estratosférico ha sido pospuesto de nuevo hasta el domingo. ¡A ver cómo se lo digo a los niños! En fin, lo tomaré como una oportunidad para ejercitarles la paciencia. Esperemos que el tipo salte algún día.









Marta, mil gracias por escribir para No sólo comen y duermen. Ojalá muchos seguidores de este blog lo enriquezcan con anécdotas como ésta. Os animo a todos. 






3 comentarios:

Javier Pons dijo...

Yo vestiría a Jesús de astronauta el próximo domingo, para que viva con expectación el salto de Félix :))

Y, efectivamente, la paciencia es la virtud que hijos y padres estamos cultivando a la espera de que se produzca el salto, o no...

Rojilla dijo...

La verdad es q los niños tienen sus razonamientos...
Ja ja!!!!

La Madre Tigre dijo...

Ay madre, ponerme a mí esta foto de esta chica tan mona con sus cinco retoños. No respondo :)

Paciencia. Divino tesoro.