lunes, 22 de octubre de 2012

Los niños de la crisis

No quiero ser frívola ni ingenua ni ilusa. La crisis muestra una de sus caras más crueles con los niños. Este último año, 80.000 menores se han convertido en pobres. En total más de dos millones de niños, unos 2.267.000, viven por debajo del  umbral de la pobreza

Unicef España, en su informe titulado "La infancia en España: el impacto de la crisis en los niños", indica que son muchas las familias que no pueden pagar el comerdor escolar, ni una vivienda en condiciones, ni una alimentación de calidad, ni ciertos medicamentos, ni clases extraescolares. Los niños viven con los mayores la crisis, preguntan quién es la prima de riesgo y se preocupan por llegar a fin de mes.

Niñas jugando a ser mamásPero permitidme por hoy buscar lo positivo a la crisis que protagoniza la infancia de nuestros hijos. Os puede parecer contradictorio. Tal vez lo sea. Creo que los hijos de la crisis son también afortunados.

Afortunados porque viven su infancia en un mundo que está cambiando, que se cuestiona todo, que debate  cómo hacer ahora las cosas bien para no volver a "cagarla" (Perdón por la expresión).

Afortunados pese a todo porque, cuando papá o mamá pierden el trabajo vuelven a casa. No estaba previsto. Se pasa mal pero están en casa. Los hijos de la crisis pasan más tiempo con sus padres que los de antes. Y eso no tiene precio.

Afortunados también porque, cuando falta trabajo y escasea el dinero, reciben obligatoriamente una valiosa educación en la austeridad que apuesta por el auténtico valor de las cosas, combate los egoïstas caprichos e impulsa la creatividad y la solidaridad.

Afortunados por último porque sin perder la alegría propia de los niños, la crisis forja en ellos un espíritu responsable basado en el esfuerzo, el ahorro y la entrega a los demás.

Este reportaje de Antena 3 es un buen ejemplo de lo que digo. 

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Esos niños no están más felices por ver a sus padres en casa. No lo están porque son testigos de las situaciones tan crudas que atraviesan sus padres, y de cómo se desploman emocionalmente. "Yo tengo a un tio que lleva dos años en el paro y no sonríe", dice uno de ellos en el reportaje. Lo que sí que no tiene precio es pasar tiempo con unos padres felices.

CATA dijo...

Tienes razón, Anónimo. (Me gustaría saber quién eres) Sabía que encontraría opiniones como la tuya y por eso he querido precisar la amargura de esta crisis en los dos primeros párrafos. NO pretendo convencer a nadie. Sólo indicar otra cara de este prisma tan complejo. Gracias por tu comentario.

sabela dijo...

Siendo consciente de que las dificultades materiales acarrean un sufrimiento inevitable debemos por nuestro bien y por tanto tambien por elmde nuestros hijos, aprender a construir nuestra felicidad sobre cimientos más sólidos que el dinero, la estabilidad laboral u otros "lujos" que ahora lo son y hasta ahora dánbamos por hecho. Padres felices siempre, ande o no ande!

lourdes dijo...

hola Blanca,interesante debate...y que dificil situación nos está tocando vivir,pero confiemos en que podamos educar a nuestros hijos para que situaciones como esta no vuelvan a pasar,ellos son la generacion futura!pienso que todo son etapas,nuestros abuelos vivieron la guerra,nuestros padres la posguerra,nosotros esta gran crisis,esperemos que pronto haya mas esperanza.

Rojilla dijo...

Yo también creo q nuestros hijos s crían d otra manera. La verdad es q en el cole hay familias d todo tipo. Mis maravillosos monstruos a veces m preguntan x q nosotros tenemos una casa tan pequeña (60 m para 6) y fulanita tiene una tan grande si no tiene hermanos. Les explico como puedo....